La esclavitud de las sectas
El 18 de noviembre de 1978, en la localidad de Jonestown, Guyana, el reverendo Jim Jones, de la secta "Templo del pueblo" obligó a mas de 900 personas a suicidarse de forma masiva, bebiendo una poción de jugo de fruta mezclada con cianuro.
Quince años después, el 19 de abril de 1993, agentes del gobierno de los Estados Unidos irrumpen en las instalaciones de un grupo religioso conocido como "Los Davidianos" en la localidad de Waco, Texas. Estos, siguiendo las ordenes de su líder David Koresh se habían atrincherado ahí desde hacia aproximadamente dos meses, tratando de evadir la acción de la justicia. El recinto fue consumido por las llamas, y murieron aproximadamente 86 personas, incluyendo al mismo Koresh.
Estos son dos ejemplos de lo que puede significar el tipo de control mental, que un fanático líder religioso puede llegar a ejercer sobre la mente de sus seguidores, quienes estaban dispuestos a ir hasta la muerte, para así demostrar fidelidad a su líder.
El problema de las sectas y sus fanáticos lideres, aunque se ha vuelto popular últimamente, viene desde hace muchos años. En el libro de los Hechos, se menciona a un tal Teudas, quién se hacia pasar por un profeta y llevó a una multitud al río Jordán, prometiendo que lo dividiría para que lo pudieran atravesar. (Hechos 5:36). En el versículo 37 se menciona a un hombre llamado Judas, que se hizo seguir de mucha gente, pero que también fueron dispersados por las autoridades de la época. También se menciona a un egipcio que llevó a 4,000 personas al desierto donde todos perecieron (Hechos 21:38).
Aún a la iglesia primitiva de los apóstoles de Jesucristo, se le denominó una secta. Cuando Pablo llegó a Roma, los judíos residentes en la ciudad le dijeron: "Pero queríamos oír de ti lo que piensas; porque de esta secta nos es notorio que en todas partes se habla contra ella". (Hechos 28:22).
Actualmente, Los grupos denominados como sectas no aparecen como tales, presentan una fachada muy distinta a lo que en realidad son. Hacen creer al individuo que queda atrapado en sus redes que es "un privilegiado". Que el no llegó ahí por casualidad sino que ha sido llamado sobrenaturalmente por Dios. A continuación le es presentada una ilusión, generalmente basada en la biblia. La mente del individuo se encargará de lo demás. Conforme pasa el tiempo comienzan a llegar las restricciones; no hagas esto, no toques aquello, no te juntes con tal persona, no vallas a determinado lugar etc. Sin darse cuenta, la persona se encuentra condicionada ha hacer cosas que en realidad no le agradaban, pero las hace por el temor a ser señalado por los demás, o a perder la vida eterna y ser maldecido por Dios.
La mayoría de las iglesias constituidas hoy día, no necesariamente son llamadas "sectas". Pero en el fondo, sus lideres practican el mismo sistema de control mental utilizado por los lideres de las sectas fundamentalistas. Por ejemplo, los Testigos de Jehova condicionan a sus seguidores a practicas tan extrañas como el no permitir las transfusiones de sangre aunque la vida del individuo este en peligro. También obligan a sus miembros a exponerse al sol, a la lluvia y a los desaires de las demás personas con tal de dar a conocer la literatura de la iglesia. Por su parte los mormones evitan todo consumo de cafeína. Y algunas iglesias evangélicas prohíben el baile, escuchar música popular etc. Otros grupos como los adventistas del séptimo día y las Iglesias de Dios se abstienen de laborar en sábado, o comer ciertos alimentos relacionados con el cerdo o participar en determinadas actividades.
Lo cierto es que cualquier persona que queda atrapada dentro de una de estas organizaciones, de pronto se ve obligado a observar una serie de reglas y preceptos difíciles de obedecer. Yo me pregunto: ¿Están los lideres de estas organizaciones, dispuestos a observar ellos mismos las reglas que imponen a los demás? Cuando me hago esta pregunta vienen a mi mente las palabras de Jesús a los lideres fariseos: "Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen en hombros de los hombres, pero ellos ni con su dedo las quieren mover" (Mateo 24:3). O como dijo Pedro en el concilio de Jerusalen ante los demás apóstoles: "Ahora pues, ¿Por que tentáis a Dios poniendo sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? (Hechos 15:10)
El ejemplo mas claro de este sistema legalista fue la Iglesia de Dios Universal dirigida por Herbert W Armstrong. A partir de los años sesenta, esta agrupación religiosa desarrollo una serie de preceptos y practicas legalistas que impuso a sus miembros, como nunca jamas se había visto en la historia de la religión. Estas restricciones supuestamente estaban basadas en la biblia, y la mayoría de los miembros las aceptaron como tales. La reglas tenían que ver con la alimentación, la forma de vestir, el lugar donde se trabajaba, los ingresos personales, las relaciones sexuales, la educación de los hijos, el matrimonio etc. No había aspecto en la vida del individuo que no estuviera controlado por el ministerio.
Una de las doctrinas que provoco la ruina de innumerables personas fue la del diezmo. Todo miembro era obligado a dar la décima parte de sus ingresos brutos a la iglesia. Ademas debía aportar ofrendas voluntarias siete veces al año durante los días santos. A esto se le agregaba la obligación de guardar un segundo diezmo para poder asistir a las fiestas. Y no conformes con esto, cuando se aproximaba la fiesta de los tabernáculos tenian que dar "el diezmo del segundo diezmo" reunido durante todo el año para que la iglesia pudiera pagar el arrendamiento de los sitios de fiesta. Ademas cada tercer año se debía dar un tercer diezmo para ayudar a los huérfanos y a la viudas de la iglesia. El lema de Armstrong era "Dar hasta que duela". De esa manera la iglesia se convirtió en una organización millonaria, mientras que sus empobrecidos miembros luchaban por sobrevivir.
Lo mas triste de esto es el lujo y la opulencia en la que vivía Armstrong y sus colaboradores, así como el ministerio en general. Armstrong viajaba por el mundo derrochando millones de dolares a bordo de su avión corporativo, comprando objetos de arte, bebiendo los mejores vinos y hospedándose en lujosos hoteles. Según se sabe, el tercer diezmo (Viudas y huérfanos) era desviado para comprar combustible para los aviones y para decorar las casas de algunos ministros y evangelistas cercanos a Armstrong.
El enterarse de estas cosas llora sangre, y a cualquiera desanima. Afortunadamente la biblia habla de libertad. "El Espíritu del Señor Jehová esta sobre mi, porque me ha ungido Jehová . Me ha enviado para anunciar buenas nuevas a los pobres , para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y a los prisioneros apertura de la cárcel" (Isaías 61:1).
Jesús también dijo : "Venid a mi, todos los que estáis fatigados y cansados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas. " (Mateo 11:28-29).
La clave para librarnos de la esclavitud de las sectas, es desligarnos de cualquier grupo u organización religiosa. La Biblia dice que la salvación es personal "Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor" (Filipenses 2:12). El estar en determinado grupo religioso no nos garantiza que Jesucristo vendrá a ese grupo a darnos el galardón. Las ovejas reconocerán el llamado del verdadero pastor: "Todos los que vinieron antes de mi eran ladrones y asaltantes, pero las ovejas no les oyeron. Yo soy la puerta. Si alguien entra por mi, sera salvo, entrara, saldrá y hallara pastos. El ladrón no viene sino para matar, robar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia... Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen". (Juan 10: 8-10, 14).
Basta ya de andar siguiendo a pastores inútiles que solo se aprovechan de las ovejas: " Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. (Ezequiel 34:1-4).
Al final de los tiempos, Jesucristo vendrá directamente a buscar a sus ovejas desde todos los confines de la tierra, sin necesidad de estar asociado con ningún grupo u organización religiosa: "Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad. Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las riberas, y en todos los lugares habitados del país. En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirán en buen redil, y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel. Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor. Yo buscaré la perdida, y haré volver al redil la descarriada; vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil; mas a la engordada y a la fuerte destruiré; las apacentaré con justicia" (Ezequiel 34:12-16).
El problema de las sectas y sus fanáticos lideres, aunque se ha vuelto popular últimamente, viene desde hace muchos años. En el libro de los Hechos, se menciona a un tal Teudas, quién se hacia pasar por un profeta y llevó a una multitud al río Jordán, prometiendo que lo dividiría para que lo pudieran atravesar. (Hechos 5:36). En el versículo 37 se menciona a un hombre llamado Judas, que se hizo seguir de mucha gente, pero que también fueron dispersados por las autoridades de la época. También se menciona a un egipcio que llevó a 4,000 personas al desierto donde todos perecieron (Hechos 21:38).
Aún a la iglesia primitiva de los apóstoles de Jesucristo, se le denominó una secta. Cuando Pablo llegó a Roma, los judíos residentes en la ciudad le dijeron: "Pero queríamos oír de ti lo que piensas; porque de esta secta nos es notorio que en todas partes se habla contra ella". (Hechos 28:22).
Actualmente, Los grupos denominados como sectas no aparecen como tales, presentan una fachada muy distinta a lo que en realidad son. Hacen creer al individuo que queda atrapado en sus redes que es "un privilegiado". Que el no llegó ahí por casualidad sino que ha sido llamado sobrenaturalmente por Dios. A continuación le es presentada una ilusión, generalmente basada en la biblia. La mente del individuo se encargará de lo demás. Conforme pasa el tiempo comienzan a llegar las restricciones; no hagas esto, no toques aquello, no te juntes con tal persona, no vallas a determinado lugar etc. Sin darse cuenta, la persona se encuentra condicionada ha hacer cosas que en realidad no le agradaban, pero las hace por el temor a ser señalado por los demás, o a perder la vida eterna y ser maldecido por Dios.
La mayoría de las iglesias constituidas hoy día, no necesariamente son llamadas "sectas". Pero en el fondo, sus lideres practican el mismo sistema de control mental utilizado por los lideres de las sectas fundamentalistas. Por ejemplo, los Testigos de Jehova condicionan a sus seguidores a practicas tan extrañas como el no permitir las transfusiones de sangre aunque la vida del individuo este en peligro. También obligan a sus miembros a exponerse al sol, a la lluvia y a los desaires de las demás personas con tal de dar a conocer la literatura de la iglesia. Por su parte los mormones evitan todo consumo de cafeína. Y algunas iglesias evangélicas prohíben el baile, escuchar música popular etc. Otros grupos como los adventistas del séptimo día y las Iglesias de Dios se abstienen de laborar en sábado, o comer ciertos alimentos relacionados con el cerdo o participar en determinadas actividades.
Lo cierto es que cualquier persona que queda atrapada dentro de una de estas organizaciones, de pronto se ve obligado a observar una serie de reglas y preceptos difíciles de obedecer. Yo me pregunto: ¿Están los lideres de estas organizaciones, dispuestos a observar ellos mismos las reglas que imponen a los demás? Cuando me hago esta pregunta vienen a mi mente las palabras de Jesús a los lideres fariseos: "Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen en hombros de los hombres, pero ellos ni con su dedo las quieren mover" (Mateo 24:3). O como dijo Pedro en el concilio de Jerusalen ante los demás apóstoles: "Ahora pues, ¿Por que tentáis a Dios poniendo sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? (Hechos 15:10)
El ejemplo mas claro de este sistema legalista fue la Iglesia de Dios Universal dirigida por Herbert W Armstrong. A partir de los años sesenta, esta agrupación religiosa desarrollo una serie de preceptos y practicas legalistas que impuso a sus miembros, como nunca jamas se había visto en la historia de la religión. Estas restricciones supuestamente estaban basadas en la biblia, y la mayoría de los miembros las aceptaron como tales. La reglas tenían que ver con la alimentación, la forma de vestir, el lugar donde se trabajaba, los ingresos personales, las relaciones sexuales, la educación de los hijos, el matrimonio etc. No había aspecto en la vida del individuo que no estuviera controlado por el ministerio.
Una de las doctrinas que provoco la ruina de innumerables personas fue la del diezmo. Todo miembro era obligado a dar la décima parte de sus ingresos brutos a la iglesia. Ademas debía aportar ofrendas voluntarias siete veces al año durante los días santos. A esto se le agregaba la obligación de guardar un segundo diezmo para poder asistir a las fiestas. Y no conformes con esto, cuando se aproximaba la fiesta de los tabernáculos tenian que dar "el diezmo del segundo diezmo" reunido durante todo el año para que la iglesia pudiera pagar el arrendamiento de los sitios de fiesta. Ademas cada tercer año se debía dar un tercer diezmo para ayudar a los huérfanos y a la viudas de la iglesia. El lema de Armstrong era "Dar hasta que duela". De esa manera la iglesia se convirtió en una organización millonaria, mientras que sus empobrecidos miembros luchaban por sobrevivir.
Lo mas triste de esto es el lujo y la opulencia en la que vivía Armstrong y sus colaboradores, así como el ministerio en general. Armstrong viajaba por el mundo derrochando millones de dolares a bordo de su avión corporativo, comprando objetos de arte, bebiendo los mejores vinos y hospedándose en lujosos hoteles. Según se sabe, el tercer diezmo (Viudas y huérfanos) era desviado para comprar combustible para los aviones y para decorar las casas de algunos ministros y evangelistas cercanos a Armstrong.
El enterarse de estas cosas llora sangre, y a cualquiera desanima. Afortunadamente la biblia habla de libertad. "El Espíritu del Señor Jehová esta sobre mi, porque me ha ungido Jehová . Me ha enviado para anunciar buenas nuevas a los pobres , para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y a los prisioneros apertura de la cárcel" (Isaías 61:1).
Jesús también dijo : "Venid a mi, todos los que estáis fatigados y cansados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas. " (Mateo 11:28-29).
La clave para librarnos de la esclavitud de las sectas, es desligarnos de cualquier grupo u organización religiosa. La Biblia dice que la salvación es personal "Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor" (Filipenses 2:12). El estar en determinado grupo religioso no nos garantiza que Jesucristo vendrá a ese grupo a darnos el galardón. Las ovejas reconocerán el llamado del verdadero pastor: "Todos los que vinieron antes de mi eran ladrones y asaltantes, pero las ovejas no les oyeron. Yo soy la puerta. Si alguien entra por mi, sera salvo, entrara, saldrá y hallara pastos. El ladrón no viene sino para matar, robar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia... Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen". (Juan 10: 8-10, 14).
Basta ya de andar siguiendo a pastores inútiles que solo se aprovechan de las ovejas: " Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. (Ezequiel 34:1-4).
Al final de los tiempos, Jesucristo vendrá directamente a buscar a sus ovejas desde todos los confines de la tierra, sin necesidad de estar asociado con ningún grupo u organización religiosa: "Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad. Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las riberas, y en todos los lugares habitados del país. En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirán en buen redil, y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel. Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor. Yo buscaré la perdida, y haré volver al redil la descarriada; vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil; mas a la engordada y a la fuerte destruiré; las apacentaré con justicia" (Ezequiel 34:12-16).